¿Qué entendemos como violencia contra la mujer?
Se le llama “violencia contra la mujer” todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado, posible o real, un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la privada. Esta violencia es perpetrada por los hombres, silenciada por las costumbres, institucionalizada por las leyes y sistemas estatales y transmitida de una generación a otra, la cual sin importar si tiene lugar en la calle o en los hogares, afecta a las mujeres de todas las nacionalidades, creencias, clases, razas y grupos étnicos.
Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres (GA48/104, diciembre de 1993).
¿Qué es la violencia doméstica?
Cuando menos una de cada tres mujeres ha sido golpeada, sexualmente forzada o de cualquier otra manera abusada, frecuentemente por el esposo o algún otro miembro de su familia. La violencia doméstica se refiere a todo acto de violencia perpetrado contra mujeres y niñas en el ámbito del hogar. Este tipo de violencia puede presentarse de diferentes maneras, ya sea golpeando a la esposa, por violación dentro del matrimonio o con el incesto, si bien en su mayoría, estos abusos son cometidos por hombres en contra de sus parejas femeninas.
Si tú pareja, un familiar o la persona con la que convives habitualmente te:
Amenaza.
Insulta.
Culpabiliza de todo lo malo que ocurre en casa.
Humilla.
Ridiculiza respecto a tus opiniones en público.
Desvaloriza o desprecia por tu aspecto y/o condición física.
Impide relacionarte con amistades o familiares.
Controla tu correspondencia y llamadas telefónicas.
Impide tu acceso al dinero y obliga a rendir cuentas de todos tus gastos.
Destruye objetos con especial valor sentimental para ti.
Empuja.
Golpea.
Obliga a mantener relaciones sexuales.
Golpea.
Obliga a mantener relaciones sexuales.
…estás sufriendo malos tratos
Esta situación les sucede a muchas mujeres de América Latina y el mundo, independientemente de su edad, situación social y económica, cultura o nacionalidad e independientemente del ámbito en el que convivan: domicilio conyugal, parental, residencial tutelado o institucional. Además, si tienes alguna discapacidad, esta circunstancia te hace más vulnerable ante los malos tratos que te puedan infligir algún compañero, familiar, o cuidador.
El maltrato es una grave violación de los derechos humanos. Nadie tiene derecho a maltratarte y no hay ningún motivo que lo justifique. La única persona responsable del maltrato es quien lo ejerce, tú no tienes la culpa. El maltrato es un proceso cíclico que se inicia con una fase de acumulación de tensión (agresiones verbales y psíquicas), seguida de una fase de estallido de la violencia física (golpes, descontrol) y que culmina en una fase de falso arrepentimiento del agresor (“no volverá a ocurrir”, “todo cambiará”…). Este ciclo se repite una y otra vez y cada vez es más violento y más corto en el tiempo. No está en tu mano cambiar su comportamiento, por muchas muestras de arrepentimiento y ternura que el exprese y por muchos esfuerzos que tú hagas, él no cambiará. Tú sí puedes dar pasos para poner fin a esta situación. Sigue los consejos de esta guía. No es un camino fácil, pero merece la pena. Además, tienes a tu disposición profesionales para ayudarte.
Esta situación les sucede a muchas mujeres de América Latina y el mundo, independientemente de su edad, situación social y económica, cultura o nacionalidad e independientemente del ámbito en el que convivan: domicilio conyugal, parental, residencial tutelado o institucional. Además, si tienes alguna discapacidad, esta circunstancia te hace más vulnerable ante los malos tratos que te puedan infligir algún compañero, familiar, o cuidador.
El maltrato es una grave violación de los derechos humanos. Nadie tiene derecho a maltratarte y no hay ningún motivo que lo justifique. La única persona responsable del maltrato es quien lo ejerce, tú no tienes la culpa. El maltrato es un proceso cíclico que se inicia con una fase de acumulación de tensión (agresiones verbales y psíquicas), seguida de una fase de estallido de la violencia física (golpes, descontrol) y que culmina en una fase de falso arrepentimiento del agresor (“no volverá a ocurrir”, “todo cambiará”…). Este ciclo se repite una y otra vez y cada vez es más violento y más corto en el tiempo. No está en tu mano cambiar su comportamiento, por muchas muestras de arrepentimiento y ternura que el exprese y por muchos esfuerzos que tú hagas, él no cambiará. Tú sí puedes dar pasos para poner fin a esta situación. Sigue los consejos de esta guía. No es un camino fácil, pero merece la pena. Además, tienes a tu disposición profesionales para ayudarte.
Y recuerda, si te maltrata, NO te quiere.
¿Qué hacer en caso de maltrato doméstico?
Ante un ataque inminente, si puedes, llama a la policía para que te proteja.
Una vez ocurrida la agresión, cuéntaselo a una persona de confianza y solicita su ayuda.
Si tienes lesiones físicas o psíquicas, o crees que puedes tenerlas, acude a un Centro Médico. Explica el origen de las lesiones y solicita copia del informe médico.
Si no tienes lesiones que requieran asistencia sanitaria, acude a los Servicios Sociales de tu localidad donde te facilitarán:
Apoyo para encontrar salida a tu situación y asesoramiento sobre tus derechos, posibles trámites judiciales y policiales.
Información y, en su caso, acceso gratuito a: ayuda psicológica, asesoramiento jurídico, ayuda económica, alojamiento temporal, Servicios de Asistencia a la Víctima, justicia gratuita, contacto con asociaciones de apoyo a víctimas, entre otros.
¿Qué hacer en caso de maltrato doméstico?
Ante un ataque inminente, si puedes, llama a la policía para que te proteja.
Una vez ocurrida la agresión, cuéntaselo a una persona de confianza y solicita su ayuda.
Si tienes lesiones físicas o psíquicas, o crees que puedes tenerlas, acude a un Centro Médico. Explica el origen de las lesiones y solicita copia del informe médico.
Si no tienes lesiones que requieran asistencia sanitaria, acude a los Servicios Sociales de tu localidad donde te facilitarán:
Apoyo para encontrar salida a tu situación y asesoramiento sobre tus derechos, posibles trámites judiciales y policiales.
Información y, en su caso, acceso gratuito a: ayuda psicológica, asesoramiento jurídico, ayuda económica, alojamiento temporal, Servicios de Asistencia a la Víctima, justicia gratuita, contacto con asociaciones de apoyo a víctimas, entre otros.